Son ricas en ácidos grasos poliinsaturados -que ayudan a disminuir el colesterol y prevenir enfermedades cardiovasculares- y en lecitina, que ayuda a descomponer las grasas. Además, son una gran fuente de proteínas de origen vegetal así como de hierro, calcio y zinc -imprescindibles para el correcto funcionamiento de los tejidos y para reforzar dientes y huesos- y ricas en fibra, perfectas para las personas con problemas digestivos. Se pueden consumir con yogures, por encima de las ensaladas o verduras, mezcladas con cremas o en salsas.